Cuando las circunstancias nos sobrepasan, nos venimos abajo como la espuma de una caña. Son momentos realmente difíciles y muy duros, no sólo para ti sino también para las personas que más te quieren. En dichos momentos, lo fácil para todos es dejarse llevar pero si tienes a tu lado personas que te intentan ayudarte como sea y desde donde sea, no hay forma de agradecerlo ni palabras que puedan expresar tal agradecimiento. Y en nuestro caso, las personas que en dichos momentos nos ayudan, nosotras intentamos hacerle saber nuestro agradecimiento eterno.
Si, los bajones existen, claro que existen a lo largo de una etapa dura. Están ahí y cuando aparecen, la rabia, la desesperación, el desconsuelo, la incertidumbre, la negatividad, las preguntas sin respuesta se disparan, se multiplican y no vemos la salida. En esos momentos solo tenemos ganas de dejarnos llevar por esas emociones, negativas, por ese malestar y no queremos saber nada más. Sin embargo, hemos de reconocer que ese es el camino fácil, es el camino de darse por vencido y en el que no vas a tener más bajones porque te mantendrás en el mismo nivel o más bien, desnivel. Es el mundo del desánimo. Sin embargo, en el camino difícil encontrarás baches, tropiezos y piedras tan grandes que tendrás que ingeniártelas y pensar en la manera de sobrepasarlas y seguir adelante. Es el mundo de la lucha.