Un médico en la piel de un paciente

Buenos tardes a todos!

Me llamo Carmen, soy extremeña, tengo 30 años y estudié Medicina. La vocación por la Medicina nació desde que era muy pequeñita, recuerdo que iba al pediatra y en lugar de llorar, le decía a mis padres que yo de mayor queria ser como él. Esa vocación no se fue perdiendo con el paso de los años sino que fue afianzándose y siempre lo tuve muy claro. Al final, lo conseguí y cuando por fin comencé mi especialidad y a ejercer, mi vida de repente, de la noche a la mañana, dio un giro de 180 grados.



Era el verano del 2014, hacía una tarde buenísima y decidí salir a correr por la playa. En esa época yo vivía en Santander y me encantaba salir a correr por sus playas y después darme un maravilloso baño que me daba auténtica vida! Pero esa tarde sólo pude apenas correr unos minutos porque no me sentía muy bien; asi que decidí pasear y darme el baño. Al salir del agua, me sentía francamente mal y sin querer darle demasiada importancia, me fui a casa a descansar; pero ahí comenzó la pesadilla de mi vida. Al día siguiente, estaba en mi hospital pero no trabajando sino en una cama y no sentía otra cosa que no fuese un dolor terrible en mi cabeza. El resto de mi cuerpo apenas lo sentía. Ahí comenzó mi lucha y la de mi familia porque tuvimos que pasar por momentos muy duros, dolorosos, llenos de incertidumbre y desesperación; pero en todos esos momentos siempre intentábamos no perder la esperanza y sobre todo,ser positivos y buscar soluciones. Tras muchos muchos médicos diferentes, exploraciones, pruebas y un sin fin de meses viviendo en el hospital sin apenas ser consciente pero rodeada de las personas que más quiero en mi vida, mi querido ángel de la guarda (así es como llamo a mi neurólogo) consiguió averiguar lo que realmente me ocurría. Tenía un problema en la base del cráneo que me repercutía en la médula espinal. Y le llamo mi ángel de la guarda porque aunque soy del gremio, hay mucha falta de empatía. Con esto no quiero hacer una crítica a mis compañeros pero como en todas las profesiones, hay profesionales y profesionales. Y al ver a una chica joven, sana, sin antecedentes y deportista pero sin apenas poder caminar, me he cruzado con muchos profesionales que hicieron todo ese camino mucho más difícil, no por no falta de ayuda sino por dudar de lo que te pasaba. 

Por eso, doy gracias a la vida por hacer aparecer a mi ángel de la guarda y a las personas que son como él, que son muchas. Muchos ángeles de la guarda me rodearon y me ayudaron todo lo que pudieron. Y se que hay muchos por el mundo como todos ellos. Así que a todos ellos, GRACIAS. 

Y volviendo a mi historia, pasó mucho tiempo hasta que por fin, gracias a la perseverancia y optimismo de mi familia, conseguimos encontrar en toda España un cirujano que se atreviese a intentar resolver mi problema. Y llegó mi otro ángel de la guarda dos años después. En el verano de 2016 me operaron en Oviedo en la unidad de Base de Cráneo y gracias a todo el equipo que me asistió, consiguieron que tanto yo como mi familia, nos sintiéramos en las mejores manos posibles pasara lo que pasara. 

Durante todos estos momentos, ¿sabéis lo que más agradezco? El optimismo de mi entorno. Siempre fuertes, viendo luz en plena oscuridad y haciéndome reir hasta en los peores momentos. Eso me dio muchísimas fuerzas, mucha vida y muchas ganas de hacer todo lo posible por ponerme bien y recuperarme. 

Soy consciente de que si no fuera por ellos, hoy en día no se si estaría aquí. Ha sido una de las experiencias más duras y difíciles de mi vida y como siempre me dice mi madre: "Lo que no te mata, te hace más fuerte" y vaya si que es verdad. Actualmente, veo la vida de una manera completamente diferente y eso es lo que me gustaría transmitiros. 


Pero la cosa no acaba aquí, gracias a Dios la intervención salió todo bien, ahora tocaba darle tiempo al tiempo para ver resultados; pero de repente, estando en reanimación mi corazón dijo hasta aquí!!
Y fue en ese momento, cuando comenzó mi lucha con Rúflex, que es así como llamo a mi corazón porque como está hecho una patata, pues es una patata pero rúflex. Imaginaros, recién intervenida de una cirugía en el cráneo y mi patata ruflex dando sus coletazos... y de ahí en adelante, mi historia continuará.

Os deseo una buena tarde a todos y fuerza!


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